Hace ya algún tiempo me enteré de la existencia de un servicio de tours culinarios dirigido a turistas extranjeros y con muchas expectativas logré obtener un cupo aunque para pasar por extranjero tuve que recurrir a mi otra nacionalidad 🙂
Como fanático amante de la cocina, la comida y en especial las muy variadas opciones de las cuales disponemos en nuestro país, me llamaba mucho la atención la posibilidad de refrescar mis conocimientos y agregar muchos nuevos de la mano de personas profesionales en la materia.
Mis expectativas eran muy altas y así es que me levanté temprano un viernes para estar a tiempo en la puerta de un hotel de Lima a la espera del inicio de mi viaje por la culinaria peruana.
Pero antes …
El «Disclaimer»
Antes que empiecen a leer este artículo es justo y necesario advertirles que aunque hice todo el esfuerzo para ser imparcial, lo cierto es que se me pudo escapar algo por allí y otro poco por acá. La dueña de la empresa que organiza estos tours culinarios es la madre de unos muy viejos amigos míos, ella fue la que me contó de sus servicios. Y aunque en un inicio me negué a aceptar ser invitado y quise pagar como cualquier hijo de vecino para que no esperen ningún tipo de favor, amabilidad o reducido nivel de sarcasmo de mi parte, al final del tour no aceptaron mi dinero.
Espero sin embargo poder desarrollar mi sarcasmo y mi indolencia al máximo como cualquier otros artículo que escribo y no me pidan explicaciones o disculpas si me quedo corto o exagero, ese es el riesgo que tienen conmigo.
Y no se olviden de la letra pequeña:
Para cualquier abogado por allí: ¡no me j…n!
Ahora si, si leyeron y están de acuerdo con mi «disclaimer» pueden seguir y enterarse de los detalles de mi experiencia durante este tour culinario.
El Preámbulo
9:45 am de una no tan fría mañana de octubre, el taxi me deja en la puerta del hotel donde se supone me esperaría el guía del tour, ¿guía? ¿tour? ¿transporte?
Supongo que si eres un turista que digan que estés listo a partir de las 9:45 am y que el tour partirá a las 10:00 am en punto, que acudan a las 10:00 am está dentro de lo considerado puntual, no lo dudo. Pero para un extraño nativo como yo, que se apareció a la recepción del hotel a las 9:45 am y que cuando preguntó por el tour recibió un «Disculpe, ¿Qué tour? Nosotros no estamos enterados de ningún tour.» Sin nadie de la empresa para recibirme, sin nadie que supiera de este tour, comence a dudar si es que estaba en lugar lugar correcto en el momento adecuado, algo que una llamada a la empresa que ofrecía el tour solucionó sin mayor esfuerzo pero hubiera sido agradable que si dicen que estemos desde las 9:45 am, a las 9:45 am ya hubiera alguien que nos pueda dar razón a los que no tenemos la suerte de contar con un cuarto donde esperar. Por lo menos que la recepción del hotel tenga alguna noción para que pueda guiar a los perdidos aborígenes como yo.
Mientras recibía la confirmación de la empresa llegaba el transporte del tour, una minivan con su respectivo chofer y un simpático guía. Tengo muy mala memoria y peor para los nombres por lo que de aquí en adelante llamaré Jorge (o Jorgito) a este simpático y regordete guía del cual el nombre por desgracia ya ni me acuerdo.
Las Bellas Señoras
Ya me habían advertido que en este tour no seríamos muchos, sólo dos señoras serían mis compañeras en esta aventura culinaria por los rincones de la cocina limeña peruana.
Si no mal recuerdo estas señoras ya vivían sus 60 (disculpen si erré mi cálculo), una es profesora y la otra trabajaba en servicios públicos, ambas de una ciudad cerca de los lagos en el norte de Estados Unidos. Lo más resaltante y de mucha importancia para quizás entender el porqué de varias de mis disertaciones en este artículo, es que no eran dos turistas cualesquiera, no señor. Estas dos bellas señoras son miembros de una sociedad culinaria en su ciudad de origen donde los diferentes miembros realizan estos viajes con fines de aprendizaje culinario, que al regresar reúnen a los miembros de su sociedad y preparan un almuerzo o cena con los platos, ingredientes y técnicas aprendidas durante su sabrosos periplos. Estas señoras ya tenían como experiencias previas varios viajes a Europa, Africa y Asia en sus hojas de vida, para nada eran unas principiantes en las artes culinarias.
Lo que más me sorprendió es que el guía no tenía ni idea de la experiencia culinaria de estas señoras, si lo hubiera sabido mmmmm , pero de esto hablaré más adelante. Es hora de salir a nuestro primer destino.
El Mercado
El mercado de San Isidro
Después de las presentaciones de ley, las bellas señoras y yo subimos a la pequeña van para tomar rumbo a nuestro primer destino, un mercado local muy representativo donde pudiéramos apreciar las múltiples y diversas variedades de vegetales, frutas, especies marinas y otras rarezas con las que nos premia nuestra muy peculiar geografía: el gran mercado de San Isidro!
En el tiempo que nos tomó llegar al mercado nuestro guía repartió cátedra sobre las costumbres de compra del peruano promedio, mientras que las señoras estaban más interesadas en el tipo de mercado que visitaríamos. En mi humilde opinión las señoras parecían tener la impresión que iríamos a un mercado mayor y no a uno de índole minorista, las noté algo decepcionadas cuando entendieron que nos dirigíamos a un mercado que en última instancia reemplazaba las funciones de un supermercado.
Aunque no pienso criticar la decisión del operador del tour sobre la selección del mercado representativo limeño, debo admitir que como peruano (y no como turista) esperaba una visita un poco más «underground» como el mercado de surquillo, algo más pintoresco que el pulcro mercado de San Isidro.
Al final las señoras, que es lo que en última instancia importa, se llevaron una buena impresión del mercado modelo de San Isidro, con una que otra excepción.
Los Pescados
Clase de biología marina
Empezamos las clases de biología en la pescadería del mercado donde Jorge nos dio una clase maestra sobre lo que son las langostas, conchas de abanico, uno que otro lenguado y un redundantemente simpático bonito. Ok, tampoco es que los turistas vivan en el desierto, todos sabemos lo que una langosta es y de hecho sabemos también como se ve una concha de abanico. Porque no vivamos en Africa no significa que no sepamos lo que es una jirafa! Lo que si impresionó a nuestras visitantes fue el tamaño de nuestras conchas de abanico y el de uno que otro de nuestro moluscos.
Personalmente me hubiera gustado ver las langostas vivas pero las pobres estaban bien muertas en la vitrina de la pescadería y justo cuando iba a preguntar si tenían alguna viva quedé sorprendido cuando nuestro guía mencionó que provenían del sur de nuestro país. Debo admitir que con mi escaso conocimiento sobre la geografía marina yo juraría que las langostas en nuestro litoral proviene del norte y no del sur. ¿Algún arequipeño podría indicarme las bondades de las langostas arequipeñas? Porque hasta ahora sólo he tenido el placer de degustar la especie norteña.
Las Frutas
El puesto de frutas
Pasamos por la guanábana, el pacay, y la maravillosa pitaya (pitahaya o dragon fruit para los del otro lado de la frontera) que según nuestro guía son todas frutas peruanas, aunque me gustaría creerlo, todas estas frutas no son exclusivas del Perú pudiéndose encontrar en Sur América, Centro América, el Caribe y otras zonas del mundo. Como un detalle anecdótico la pitahaya o dragon fruit la podemos apreciar en escenas de películas de ciencia ficción como «Star Trek», «Neon Flux», entre otras y aunque de origen americano quienes le dieron el nombre por el cual se le conoce internacionalmente no fuimos nosotros, sino los chinos.
Pero más allá de las exageraciones o errores de información, nuestras señoras estuvieron fascinadas con el tamaños de la guanábana, la peculiaridad del pacay o pacae y el exquisito sabor de la pitaya.
Y la gran ausente: la lúcuma, esto a mi parecer fue una omición muy importante para un tour culinario, especialmente porque después de tanta fruta adoptada dejamos de lado la lúcuma que si es casi exclusiva del Perú, con algunos otros pocos cultivos en Bolivia y Chile (donde se cultiva otra especie) y su propagación a otros países, especialmente los industrializados, aun es muy limitada. Error, error, error, aunque sea tengan algunas guardadas en un cooler, y pásensela por debajo de la mesa al frutero para hacer la finta! 🙂
Las Verduras: rocoto, ají, papa y maca (y algunas otras adopciones)
1, 2, 3 pasos y del frutero pasamos al verdulero empezamos con una muestra de los chiles ajíes peruanos más conocidos, Jorgito insistía en llamarlos chiles mmmmm, el amarillo, el mirasol, el formato panca y una muy apropiada mención del ají limo, está ultima muy acertada por lo que venía después de nuestra visita al mercado. Le siguieron los 15 minutos segundos de fama del rocoto con instrucciones de como evitar la parte «hot» de tan sabroso ají cuasi nacional: «quítenle las venas y las semillas» advirtió Jorgito.
Le tocó el turno a la peruanísima papa, que si usamos la misma lógica de la peruanísma Sra. Rosa Málaga utilizó para decir que la polenta es peruana y no italiana (artículo en El Comercio y en Arqueólogos.org, entonces es igual de válido un artículo de unos científicos chilenos que aseguran que la papa es chilena porque según un estudio antropológico y de DNA la variedad más conocida de papa se comenzó a cultivar a los 1000 a.c. en un valle chileno, unos 2000 años antes de los cultivos más antiguos conocidos del altiplano peruano/boliviano. Aquí no más de esto porque es material para otro artículo.
Regresando a nuestro tema, Jorge nos empezó a mostrarnos las diferentes variedades de papa que se encontraban ese día a la venta en el puesto de verduras, la famosa papa blanca, amarilla, huayro, camote del naranja y del morado, siguiendo con la oca y el olluquito. Las gringas fascinadas! De la papa blanca y amarilla, y el naranja camotudo parece no pasaban.
Por último nos mostró nuestro ya famosamente secuestrado tubérculo: la Maca. De la cual no podemos comercializar tan libremente porque alguien patento el método de extracción de los ingredientes activos que hacen de la maca tan buena para muchas cosas.
Pero no empiecen a tirar piedras porque en todos lados se cuecen habas, a la reciente apropiación de la polenta, nuestro muy simpático Jorgito quiso agregarle algo de su propia cosecha.
¿El Perejil es peruano?
El perejil, es mio, mio, mio y sólo mio!
Entre tantas cualidades de las plantas de origen andino comenzaron a describir las peculiaridades medicinales de la manzanilla, el culantro y el perejil, al punto que en cierto momento al guía se le escapó que el perejil era peruano. Casi se me escapa un patriótico: «¡Mierda! El perejil es peruano, ¡Viva el Perú carajo!». Esperen un momento, ¿El perejil peruano? Esta si era nueva para mi, y aunque seguro estaba de tal falacia no quise perturbar al guía y menos dejarlo expuesto ante las dos bellas señoras que estaban disfrutando del tour.
Como lo mencioné al principio, estas dulces señoras de neófitas cocineras no tenían absolutamente nada, y la sorpresa de tal osada afirmación se notó cuando sus rubias cejas se levantaron tanto que se fusionaron con su canoso cabello. Estas señoras del arte culinario peruano no eran especialmente conocedoras, habiendo recorrido Europa, Africa y Asia en otros tours culinarios similares, es natural suponer que conocían el origen de tan común planta. Ok, yo lo se, las damitas era obvio que lo sabían ¿y Uds.? El perejil es de origen mediterráneo, muy, pero muy lejos del Perú y de sus incas, cultivado desde épocas del imperio romano antes de que los incas dejaran de ser sólo tribus esparcidas en el altiplano.
Más cuidado con lo que se dice, ya me imagino a estas damas contestar a la pregunta ¿y, que tal el tour culinario? Hay! Imagínate que nos dijeron que el perejil es peruano! – Risas burlonas en el grupo – Este tipo de deslices afecta la imagen de seriedad de todo el tour y menoscaban otras afirmaciones totalmente válidas como la de que el pisco es peruano. Ahora si … ¡Viva el Perú carajo! 🙂
El Resto
Hagámosla corta, desde aquí hasta la partida al siguiente destino de nuestro tour, visitamos un par más de puestos de frutas secas y semillas donde nos mostraron el muy poco conocido maní, diferentes tipos de habas, el maíz morado, el cuzqueño y otras cositas que no sólo supongo ya los aburrirá que se los detalle, si no que a mi también me costó procesar en su momento. Pero mis ya yuntas disfrutaron como buenas turistas.
Ceviche, Maravilloso Ceviche
Saliendo del mercado y mientras nos dirigíamos a nuestro siguiente destino nos pusieron un vídeo en la pantalla gigante de nuestro jumbo 747 de 4 ruedas donde nos explicaban de forma bastante clara los orígenes de un de nuestros platos de bandera: el ceviche. Una muy buena introducción para lo que se venía.
Nos detuvimos en un restaurante miraflorino unas horas antes que abriera al público, teníamos al restaurante, su cocinero y personal de servicio a nuestra disposición. ¿para qué? Para aprender a preparar nuestro propio ceviche, lo tengo que decir, lejos la mejor parte de todo el tour!
Los ingredientes presentados: ¡vamos a preparar ceviche!
La mesa de trabajo estaba puesta, los ingredientes pulcramente presentados, incluido el secreto del chef.
El pescado, la cebolla, nuestro limón, el ají Limo, el choclito. el camote, adornos y extras estaban allí. Jorge empezó a explicarles a las muy felices señoras de que trataba cada uno de los ingredientes y haciendo una impecable correlación con lo que se nos mostró en los diferentes puestos del mercado.
«Tu turno», dijo Jorge dirigiéndose a una de las señoras, «vas a aprender a preparar el ceviche, empezando con como cortar el pescado» en un inglés algo rudimentario. Segundos después teníamos una americana destrozando el pescado, aunque conocían de la teoría era notorio que de técnica no contaban mucha, en lugar de deslizar el cuchillo para realizar cortes limpios, ¡zacate! tal cual hacha, por más de que Jorge y el chef se esforzaron por explicarles como obtener trozos limpios y homogéneos la señora seguía mutilando el filete de pescado.
¡Desgarrando el pescado! Suave con el cuchillo
La expresión de terror del chef era espectacular y su falta de paciencia más que notoria, es hora de volver a tomar el puente y tomar control de la nave Sr. Spock. Ya con el cuchillo de nuevo en manos del diestro chef pudimos apreciar como el resto de los filetes tomaban las formas ideales para un ceviche.
Acto seguido los condimentos, la mezcla secreta del local, el limón (justo lo necesario), el infaltable ají limo, la cebolla y algunas hierbas. La casi magia con la que el pescado pasa de un tono rosado al sutil blanco que indica que ya está listo para ser saboreado.
Siguieron algunos trucos y secretos del chef para que las señoras puedan repetir el plato en su terruño:
- El limón se exprime con la mano para evitar que la piel se rompa y suelte sus aceites aromáticos que suelen darle un toque demasiado amargo al ceviche.
- El limón se agrega al pescado minutos antes de servir y, antes de agregar la cebolla y demás ingredientes. Esto evita que el pescado se «cocine» demasiado y que la cebolla pierda su consistencia crocante.
- Hechar el suficiente limón para humedecer la mezcla, nada más.
- El secreto del chef, que por suerte Jorge se adelantó a explicar de que se trataba porque entre otros ingredientes guardados bajo 7 llaves contenía un ingrediente infaltable en un ceviche: el ajo. Sin el ajo jamás conseguirían repetir el plato allá en los yunaited.
Al final una rápida explicación de como preparar el camote, algo de arte para distribuir la mezcla en los platos y voilà (vualá para los normales como yo jejejeje). Una experiencia inolvidable.
¡Niños! A sentarse a la mesa que está servido.
El Ceviche, y sí, lo hicimos nosotros 🙂
Nos sentamos en una mesa central del restaurante, todo el local para nosotros, los platos de ceviche frente a nosotros, exquisito. Todo perfecto … hasta que nos cayó el balde de agua fría: «Por si acaso las bebidas no está incluidas», What! La perfección del momento se esfumó, ok no es perfecto pero aun así lo podemos disfrutar, el ceviche sigue estando muy bueno y parece que a nuestras visitantes no les importó mucho este detalle, y suerte que no se dieron cuenta del DETALLE, porque creo que si hubieran reclamado y terminado de estropear toda la experiencia del ceviche. Durante nuestra degustación del ceviche, guía incluido, todos pedimos bebidas, guía incluido, y no perdonen la redundancia, es intencional, muy intencional. A la hora de pagar todos abrimos nuestras billeteras menos el guía, agárrense tuvimos no sólo que pagarnos nuestras bebidas, si no también la del guía. Suerte que las señoras no hicieron muchas matemáticas porque si no se desataba Katrina dentro del local.
Que pena que este momento que de lejos es la mejor experiencia de todo el tour se vea empañada primero por no incluir por lo menos un vaso de chicha en el costo, segundo que esto se anuncie a último minuto cuando ya es tarde si es que no cargas con efectivo y por último que todavía tengamos que pagarle al guía su gaseosa. Mal, muy mal!
Aparte de este desliz del guía que creo poco tiene que tener con las políticas del operador del tour, nuestras no tan jóvenes amigas estaban totalmente fascinadas con la textura, colores y mezcla de sabores y sensaciones de nuestro ceviche. Se ganó el honor de ser preparado para los amigos que quedaron en el añorado terruño y el primer lugar de nuestro tour.
El Relleno Que No Debió Sólo Rellenar
La Taberna
Saliendo de Miraflores, nos enrumbamos al histórico distrito de Pueblo Libre para visitar una de los típicos bares del distrito: la Antigua Taberna Queirolo. Se me hacía agua la boca de sólo pensar en los choritos, la patita y otros manjares que podríamos degustar junto a un buen vino, pisco o derivados.
Se mira y no se toca
Creánlo o no, nos hicieron entrar por una puerta y salir por la otra, nada de patita, nada de choritos, nada de nada. Misma visita a museo sin tienda de souvenirs, miren, miren, miren, por aquí las fotos, por allá más fotos y aquí está la puerta de salida. Yo quiero mis choritos! Como en la bodega más adelante no nos dieron ni la oportunidad.
La bodega
Algo más de relleno: La Bodega Queirolo
Ahora si se me hizo, el turno de la bodega, nos ofrecerán comprar un par de botellitas a precio de ganga. Que naive fui, no pasamos de la carcochita de la entrada, el tiempo para tomar unas fotos mientras escuchaba la resumida historia de la bodega y sus orígenes, hora de irse. Esperaría un: «¿No desean comprar un vino o pisco? Le podemos recomendar este o aquel?». Daba la impresión que no desearían que los turistas gasten su dinero ni en el bar ni en la bodega. ¿Quizá un desacuerdo entre el operador y los dueños de la bodega? Esa es la impresión que yo me llevé.
Me hace recordar un tour que tomé estando en Roma, nos bajaron en el Coliseo Romano, el guía no se esforzó en darnos los detalles de la historia detrás del coliseo y 15 minutos después un grito: «hora de subir al bus». ¡15 minutos! 15 minutos para visitar todo el coliseo ¿es una broma?» Parece que en todos lados el ya internacionalizado dicho «Time Is Money» es parte de la biblia del operador de tours. «rápido, rápido que le toca al siguiente grupo», «beeee, beeee, beee».
Se Acabo El Relleno Es Hora Del Pisco
Antes de que mi humor se torne en una negra nube sobre mi cabeza Jorge vino con una noticia alentadora, es hora de ir al restaurante El Bolivariano que queda a la vuelta de la esquina donde nos enseñarán a preparar el muy tradicional whisky sour upss! perdón, el pisco sour.
El detalle de mencionar que la linea azul que veíamos trazada en la vereda conectaba dos de los más notorios museos del distrito fue un toque pintoresco para la corta caminata.
El Bolivariano, el Destilado , el Pisco Sour y Algarrobina
Llegamos al Bolivariano donde después de pasar por un largo corredor llegamos a una especie de pérgola rodeada de todos los equipos típicos de una destilería de pisco, como el vinos es calentado y sus vapores son enfriados para obtener el muy preciado destilado, que el pisco es producto de la segunda destilada porque el producto de la primera es prácticamente alcohol puro. Y algo que desconocía, el pisco peruano no tiene el grado alcohólico estandarizado, esté lleva el grado alcohólico con que sale del alambique y es por eso que botellas de la misma marca y tipo de pisco pueden tener diferentes grados alcohólicos en la etiqueta.
Catando nuestras variedades de pisco
Terminada la educativa explicación de como se produce el pisco peruano pasamos al bar del restaurante donde un amable barman comenzó a prepararnos primero un pisco sour y luego una algarrobina mientras que Jorge nos explicaba en su inglés lo que el barman hacía. El pisco y la algarrobina quedaron deliciosos.
Un muy honorable segundo lugar en los mejores momentos del tour culinario.
Pueden ver los videos de como se prepara el pisco sour y la albarrobina en mi página de Facebook. Y de paso pueden hacerse fans :-).
Actualización: ahora ya pueden ver los vídeos desde aquí.
Preparación del Pisco Sour
Preparación de la Algarrobina
¿Y Esos Aromas? Es Hora Del Almuerzo
Jorge explicando los ingredientes en cada plato
Un poco movidos por los piscos, pisco sour y la energética algarrobina nos dirigimos a un poco conocido restaurante de comida peruana: Aromas Peruanos. Un restaurante cuyos más asiduos visitantes son las personas que trabajan en las oficinas circundantes.
Se nos presentó con un buffet que no era para nada malo pero tampoco tenía nada de lo cual asombrarse. Tiraditos, causa limeñas, seco de carne, ají de gallina, cau cau, carapulcra, mazamorra morada, arroz con leche, suspiro a la limeña entre otras cosas. Un buen promedio en la calidad pero con detalles que sorprendieron a este bloguero. El ají de gallina, uno de mis platos preferidos fue el más desabrido que he probado pero el cau cau y el seco estaban mucho mejor.
Sirvió para hacer una pausa y tomarnos un tiempo para conversar en una especie de sobre mesa mientras las nada acostumbradas señoras repudiaban el cau cau debido a su ingrediente principal, por lo menos se atrevieron a probarlo. En estas conversaciones es que a nuestro guía se le soltó la lengua de nuevo y nos dejó como los neandertales que sólo trabajamos para darnos empachadas de comidas y todo lo que sobre de nuestro sueldo para emborracharnos. Aunque muchos podrían atreverse a afirmar que tal frase tiene mucho de verdad en algunos estratos socio económicos de nuestro amado Perú, no es algo que yo incluiría en el libreto oficial de los guías, no importando que tan cierto es, nos están dejando bastante mal como peruanos.
Y al final del cuento ¿Colorín Colorado?
¡Para nada! El cuento no ha acabado, cuando el tour tiene una mayor cantidad de turistas se incluye una clase de cocina sobre algún plato peruano además del ya descrito cursito en la preparación del ceviche, y si toman el tour llamado premium este incluye además una visita a una tienda de souvenirs al final de la ruta.
Más allá de mi ácida descripción de los hechos a lo largo de las horas que duró este tour culinario, si me preguntan si recomendaría este tour mi respuesta es un contundente sí, si es que eres turista, un peruano en el extranjero que está a punto o ya perdió los recuerdos culinarios que los ataban a su país y para los peruanos residentes que no tienen ni idea de lo que es acercarse a una cocina. Para los que tenemos experiencia en la cocina y somos asiduos de las diversas fuentes de inspiración del arte culinario peruano, el tour corre el riesgo de no cumplir con nuestras expectativas, como ejemplo aquí van algunas de mis críticas destructivas constructivas:
- Seleccionar el mercado de San Isidro como representativa fuente de sabores y aromas para la cocina peruana no me parece lo más adecuado, hay otros mercados como el Nº 2 de Surquillo el cual creo es una mejor manera de enseñar lo afortunados que somos los peruanos al tener la diversidad de frutas, vegetales, sabores y aromas a nuestra disposición. Y siempre hay que prever situaciones como la de que «ese día» no ingresó lúcuma, compren unas cuantas en uno de los tantos supermercados, ténganlas en un refrigerador y si ese día resulta que no hay en el mercado, bueno se le pasa al frutero por debajo de la mesa y se sigue como si nada hubiera pasado. Como ya lo mencioné párrafos atrás el no haber permitido que las turistas conozcan nuestra cuasi única del Perú lúcuma fue un error.
- El libreto de los guías, por favor, entre las falacias, inexactitudes, exageraciones y adopciones podríamos escribir 3 tomos de una novela de ciencia ficción y fantasía, tanto o más voluminosa que la versión original del Señor de los Anillos. Se debería escribir un guión con todas las ideas y hechos que debemos asegurarnos los guías incluyan en sus discursos y no dejarlos a su libre albedrío. Faltó algo de profesionalismo en este punto.
- Hablando de libretos, espero que el próximo venga traducido porque el inglés de nuestro guía tenía mucho que desear, habiendo situaciones donde las señoras preguntaban «a» y el guía contestaba «z», como a la hora de sentarnos a disfrutar del ceviche en que las bellas señoras preguntaron por el tipo de bebidas que se podían pedir y el guía contestó con la razón por la cual las cevicherías no suelen estar abiertas hasta la noche.
- La parte de la preparación del ceviche hubiera sido inmejorable a no ser por el detalle del cobro de la bebida y el tener que correr con los gastos del guía. Aunque el cobro es responsabilidad del operador y el pasarle la cuenta del guía a los turistas es una desfachatez del guía, al final la mala imagen siempre se la lleva el tour.
- Tal vez mis expectativas estaban demasiado altas, tal vez estoy siendo irreal con el presupuesto del tour culinario pero tanta conversación durante el tour sobre lo bueno que es tal y cual restaurante que me imaginaba que nuestro destino final para el almuerzo de cierre del tour sería uno de los ya tan renombrados. Debo confesar que mis esperanzas estaban centradas en el Señorío de Sulco, no sólo por la calidad de su comida sino que en el contexto de un tour culinario hablar de la dueña del restaurante y su experiencia como historiadora culinaria, la historia de la creación del restaurante y la tradición que existe en su carta es una experiencia que recomendaría para cualquier turista extranjero y nacional.
¿Y todos vivieron felices para siempre?
Horas después de terminado el tour la dueña de la operadora me llamó para solicitar mi opinión sobre el tour, en términos generales le mencioné, lineas menos lineas más, lo mismo que escribí en este artículo. Aunque un poco reacia a admitir que el perejil no es peruano (fue necesario enviarle un correo con la información en Internet donde explican el origen del perejil para que lo acepte) y que el ají de gallina no era nada bueno, escuchó todas mis críticas y estuvo de acuerdo con la mayoría, demostrando sus intenciones por siempre mejorar sus producto. Sólo esta actitud merece una nueva visita de mi parte al Culinary Tour en unas semanas para ver como a mejorado el producto, ademá de mi recomendación para que todos Uds. lo tengan en consideración para esos días en que buscan hacer algo diferente.
Y al final de nuestro cuento nuestras princesas parece que terminaron viviendo felices para siempre, y eso es lo que cuenta.
Datos del Servicio
Nombre: Culinary Tour Peru
Tour: Culinary Gold
Página Web: http://www.culinarytour.com.pe
Facebook: http://www.facebook.com/pages/Culinary-Tour-Peru/152361655765
Teléfonos: +51 1 243 6074 / +51 1 243 6076